Inés Tabal G.
Veracruz, Ver. – El olor a achiote que emana en la avenida Valentín Gómez Farias anuncia que se llegó a Tacos David. A un lado del Museo Naval, en el Corazón del Centro Histórico de Veracruz, docenas de comensales degustan tacos de pibil y escuchan música en vivo de artistas callejeros.
Con más de 40 años de haberse robado el corazón de los jarochos, Tacos David se mantiene en el gusto de los comensales, quienes todos los días llenan las mesas que se colocan a lo largo de la calle.
“Mi primo David, que en paz descanse, fue muy luchador y siempre involucró a la familia (…) primero se anduvo en la calle moviéndose con un triciclo”, recuerda Calim empleado.
El tradicional platillo yucateco se convirtió en uno de los favoritos entre los jarochos, su fundador David adoptó y reinventó la receta original hasta llegar a lo que hoy conocemos.
Un taco relleno de carne de cerdo deshebrada, bañado en un suculento consomé preparado con achiote, juego de naranja, laurel, orégano, vinagre de manzana, ajo, cebolla y la receta secreta que por tres generaciones consecutivas permanece en la familia.
“Está es una empresa familiar y actualmente tratamos de mantener el guiso original, aunque la cochinita pibil es de Yucatán y es seca, aquí se le dio un pequeño giro poniéndole el caldito”, comenta orgulloso, mientras recuerda a su primo David inició el legado.
“Somos los originales del puerto”, dice Calim. Y para que la sazón no se pierda el cocinero siempre es el mismo, Elías su primo se encarga de la preparación de todos los ingredientes, que se distribuyen a las tres sucursales, por eso que el sabor siempre es igual.
El toque dulce, picante y ácido que se combina con la carne de cerdo hace que niños y adultos regresen a desayunar, almorzar o cenar a este lugar.
La base central que se encuentra en la Calle Esteban Morales es operada por las mujeres de la familia y el puesto semifijo por los varones.
Tradición y familia es cómo los trabajadores de Tacos David relacionan este negocio, el cual brinda trabajo a 30 personas, quienes todos los días se desviven por llevar hasta la mesa del cliente el mejor platillo de cochinita pibil.
“Es una verdadera satisfacción, porque además de lo que a nosotros nos da llevar alimento a nuestras casas, estamos participando con una tradición más de nuestro bello puerto, es lo que nos mantiene con la frente en alto” dice Calim mientras atiende a los clientes que llegan.
Taxistas, vendedores ambulantes, turistas y locales se detienen para probar el platillo del sureste mexicano que fue mejorado por jarochos, incluso -afirma Calim- los mismo yucatecos llegan a probar la cochinita pibil veracruzana y se han enamorado del sabor peculiar que le implementaron.
Los tacos del centro histórico, de tránsito, del museo y una infinidad de sobrenombres con los que se les conoce, por los distintos lugares que a lo largo de los años han ido ocupando en el centro de Veracruz, pero con el mismo sabor que los hizo conquistar el corazón de visitantes y locales.